La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) tiene que ponerse a trabajar y pronto para tratar de sofocar un incendio al que ya llega tarde; un caso abierto desde hace tiempo que permanecía latente y que ahora, cuando el voltaje entre Red Bull y McLaren se ha disparado por la lucha que ambos mantienen por el título, ha hecho explosión. En Austin, la semana anterior, Lando Norris fue víctima indirecta de esa zona gris del reglamento que permitió que Max Verstappen se defendiera de sus intentos de adelantamientos con un método, cuando menos, cuestionable. Siete días más tarde, en México, la historia se repitió, con la diferencia de que, esta vez, los comisarios intervinieron. Al igual que ocurrió en Texas, el rifirrafe entre el actual campeón y el principal aspirante dejó en un segundo plano un fenomenal domingo de Ferrari, que firmó su quinta victoria de la temporada, un día que olía a doblete.En América fue Charles Leclerc quien lideró la caravana de los bólidos rojos por delante de Carlos Sainz, que en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez bordó un fin de semana de fábula para conseguir su segunda victoria del curso y la cuarta de su palmarés. Esta vez, Leclerc no pudo echarle el lazo a su compañero ni tampoco mantener una segunda posición que le voló a diez giros para el final, cuando el monegasco perdió por un segundo el control de su prototipo y a punto estuvo de terminar contra las barreras. Aunque Leclerc pudo volver a la pista, la excursión despejó el camino para Norris, que le ganó la partida y le dejó a él cerrando el podio. Fernando Alonso, por su parte, no pudo tan siquiera acabar su gran premio número 400 y se vio forzado a retirarse por una avería en su Aston Martin, al poco de echar a rodar (vuelta 16).No hay nada más plácido para quienes deben arbitrar el campeonato que un escenario en el que haya un dominador claro que haga crecer el aire a sus espaldas. Ocurrió en la brutal racha que firmó Mercedes y que le valió al fabricante de la estrella para encasquetarse siete coronas de carrerilla (2014-2020). Y también más recientemente, los dos últimos ejercicios, en los que Red Bull se ha paseado subido al coche de Verstappen, uno de los animales competitivos más despiadados que ha visto el certamen. Sin embargo, McLaren ha hecho las cosas muy bien, hasta el extremo de borrar la ventaja de la marca del búfalo rojo y su buque insignia. Desde que eso ha ocurrido y la gresca ha ganado en intensidad, también lo han hecho los rifirrafes en pista, circunstancia que ha derivado en incidentes que han hecho saltar de sus butacas a los ejecutivos de la FIA, obligados a intervenir.En Austin, Mad Max y Lando Norris sirvieron el primer plato con un incidente que no quedó del todo resuelto. El holandés se mantuvo por delante del británico con una táctica que consistió en frenar más allá del límite, con el único propósito de demostrar su ventaja posicional respecto de su rival. A base de repetirse la historia la paciencia de Norris llegó a su límite, y el de McLaren superó a su oponente por fuera de los límites del asfalto, una maniobra que le significó una penalización que le recolocó detrás del corredor de Red Bull, ya después de pasar por debajo de la bandera de cuadros.Esa misma puesta en escena se volvió a dar en México, con el tricampeón todavía más expuesto a la voracidad del muchacho de Somerset, subido al monoplaza más equilibrado del momento, aunque no siempre el más rápido. Superado el subidón de la arrancada, Verstappen comenzó a sentir los achuchones de Norris, que le tiró el coche y que invitó a su colega a volver a hacer de las suyas. En esta ocasión, la defensa del corredor de Hasselt todavía fue un poco más allá, hasta el extremo de irse más allá de los pianos, casi sin venir a cuento y sacando tajada de ello. Esta vez, los árbitros no tardaron nada en penalizarle con dos sanciones de diez segundos cada una de ellas, que seguramente sentaron un precedente discutido próximamente, probablemente en unos días, cuando la caravana del Mundial se asiente en Qatar. Cumplidas las dos penalizaciones en la visita a los talleres, Verstappen se las apañó para culebrear entre el pelotón y escalar desde la 15ª plaza que ocupó al reincorporarse, hasta la sexta.
Carlos Sainz gana el GP de México, su segunda carrera de la temporada, y Verstappen la lía | Fórmula 1 | Deportes
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