Para el bailarín y coreógrafo Álvaro Restrepo (Medellín, 1957) Colombia y México tienen una deuda cósmica con sus culturas indígenas y con la naturaleza, por ello creó Espíritu de pájaro, que se presenta el 5 y 6 de octubre, en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, coreografía con la que reflexiona sobre el abandono, la falta de reconocimiento, la exclusión y el desplazamiento forzado de los pueblos originarios que, dijo, continúan siendo víctimas de violencias multiformes. En entrevista, el también pedagogo explicó que la obra de danza contemporánea surge a partir de una comisión que le hizo la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia para crear un ballet, a partir de la música del compositor Diego Vega, quien, inspirado en la obra poética de tres escritores indígenas, retrató la realidad que viven los indígenas en la actualidad. “No quería hacer una danza indígena porque no soy indígena y no quería que mi desconocimiento hablara por mí, lo que sí hice fue expresarme a través de mi propio lenguaje, que es la danza contemporánea, y de mi visión de esa cosmogonía; logré hacer una ceremonia ritual con la que rindo homenaje a comunidades indígenas y a su diversidad natural”, explicó. Los 14 bailarines en escena cuentan con diferentes recursos como la videográfica, tejidos, cestería, sombreros y otros objetos artesanales, con los que rinden homenaje a la sacralidad de las ceremonias y rituales indígenas. “Hay deudas que nunca podrán ser saldadas porque el genocidio, el atropello y el horror de lo que pasó con nuestros pueblos no tienen nombre. Es hora de reconocer el horror de lo que fue el genocidio indígena”, expresó. Y agregó: “Hace unos días veía a la nueva presidenta de México tomar posesión, en la ceremonia, no estaba presente el rey de España porque se negó a pedir perdón a México como se lo pidió al presidente López Obrador, y me parece que sí, creo que en Europa, en general, es hora de reconocer el horror de lo que fue el genocidio indígena, la trata de esclavos y los horrores de la colonización. Esa deuda no la podemos pagar nosotros solamente, tienen que también haber un reconocimiento de ese holocausto por parte de quienes nos colonizaron”. A DETALLE La obra también reflexiona sobre la naturaleza y la guerra del hombre. Las túnicas abstractas las regaló la diseñadora Olga Piedrahíta y el trabajo de video por Gabriel Ossa para acometer el desafío de una coreografía sobre los pueblos originarios. Es fundador de la compañía Cuerpo de Indias. También fundó El Colegio del Cuerpo, una entidad sin fines de lucro que busca educar para la paz a través del arte, con el cual, ha contribuido al desarrollo artístico, profesional y humano de más de 9 mil niños de Cartagena. MAAZ
Danza para no olvidar las violencias con los indígenas
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