En 2020, los comicios costaron 16.4 mil millones de dólares, de los cuales 6.5 mil millones correspondieron solo a la campaña presidencial y 9.9 mil millones de las casi 470 campañas para renovar el Congreso –435 representantes o diputados y 33 senadores–, de acuerdo con la organización Open Secrets, dedicada a seguir los gastos de candidatos. Y eso sin considerar los estimados dos mil millones de dólares anuales que cuesta la administración del aparato electoral al gobierno federal y los gobiernos estatales. Sigue leyendo: Papa Francisco equipara discriminación a migrantes de Trump y postura proaborto de Harris: “ambos son contra la vida” AMLO lamenta violencia contra Donald Trump tras el reporte de disparos en Florida: “El camino es la paz” O tampoco el costo del gasto de los aspirantes a unos cinco mil puestos de elección estatales, de legislaturas a alcaldías, juntas municipales, comisarios de Policía y en algunos casos, jueces. La campaña electoral presidencial y del Congreso puede llegar este año a 20 mil millones de dólares. Pero si reflejan el gasto que hacen grupos de interés, conocidos como Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) que a su vez recolectan fondos para promover o atacar a tal o cual candidato en función de sus intereses específicos, sean promover el combate al cambio climático o la posesión de armas. Una campaña de 7 mil millones de dólares La exitosa Convención Nacional Demócrata, del 19 al 22 de agosto en Chicago, fortaleció el entusiasmo y de paso las arcas del partido y sus candidatos. FOTO: Especial Más allá de la carrera presidencial, que posiblemente llegue, o rebase los siete mil millones de dólares, habría que considerar que la inversión en tan solo una de las más de 800 campañas para llegar a la Cámara baja –donde el porcentaje de reelección supera 80%– puede ser de entre 800 mil y 2.7 millones de dólares. Una campaña exitosa para el Senado puede superar los 25 millones. Las cifras de recolección de fondos son seguidas por analistas políticos, porque de esas cifras dependerán en gran medida la capacidad de los candidatos, especialmente a nivel presidencial, para gasto de publicidad y compra de tiempo en estaciones de radio, televisión, o anuncios. Así, el reporte de que la demócrata Kamala Harris habría recibido 531 millones de dólares en donativos en solo un mes fue considerado como un indicativo del renovado entusiasmo demócrata, luego de que el presidente Joe Biden cediera a presiones para renunciar a sus aspiraciones de reelección, que parecían condenadas de antemano. La exitosa Convención Nacional Demócrata, del 19 al 22 de agosto en Chicago, fortaleció el entusiasmo y de paso las arcas del partido y sus candidatos. Los republicanos han hecho lo propio y la realidad es que su candidato, el expresidente Donald Trump, ha mantenido una campaña constante de solicitud de recursos, especialmente a partir de su residencia y club de golf en Mar-a-Lago, que le permite agasajar a multimillonarios deseosos de contribuir, sea por interés político, por convicción o por la posibilidad de contactos y favores futuros. Multimillonarios ofrecería 25 millones de dólares o más El porcentaje de fondos obtenidos de pequeños donantes es mayor entre los demócratas que entre los republicanos. En 2016, el costo de la elección presidencial apenas rebasó la relativamente modesta suma de ocho mil millones de dólares. Y con la excepción del costo oficial acreditado a la administración electoral, el gasto sale de una sofisticada y cada vez mayor operación de recaudación de fondos que literalmente no descansa. De hecho, en su momento el ahora embajador y antes senador John Kerry, relató que al día siguiente de haber sido electo senador, en noviembre de 1985, uno de sus primeros actos fue participar en reuniones y hacer llamadas telefónicas para recolectar fondos con mitad a su siguiente campaña electoral, seis años después. No es un acto extraño. Es parte del trabajo de todo político y candidato. De hecho, puede afirmarse que a la sombra de las elecciones generales de 2024, tanto la vicepresidente Harris, como el republicano Trump, se ven obligados a encabezar operaciones de recaudación de fondos que lo mismo pueden ser grabar mensajes telefónicos para pedir la donación de 25 dólares o reunirse con multimillonarios capaces de ofrecer 25 millones de dólares o más. ¿Puedo registrarme desde el extranjero? Sí. Para inscribirse, simplemente diligencie la Tarjeta Federal Postal de Solicitud (FPCA) y envíela a su oficina electoral local. La FPCA le permite registrarse para votar y solicitar su voto en ausencia simultáneamente. Hace muchos años que no vivo en Estados Unidos ¿Puedo seguir votando? Sí. Siempre que tenga una dirección de residencia electoral en Estados Unidos, puede sufragar. La dirección de residencia electoral es la asociada a su registro de votantes o el último lugar en el que vivió en EU. No es necesario que tenga ningún vínculo actual con esa dirección estadounidense. Si eres ciudadano estadounidense, pero no vives en Estados Unidos, estás a tiempo de votar, la fecha límite es 45 días antes de la elección presidencial ¿Cuándo y cómo puedo solicitar mi voto en ausencia? Para solicitar su voto, solo tiene que diligenciar la Tarjeta Federal Postal de Solicitud (FPCA) y enviarla a su oficina electoral local. Cada estado en Estados Unidos tiene sus propios plazos para solicitar las papeletas, así que cuanto antes haga su solicitud, es mejor. ¿Puedo recibir y enviar mi voto por correo electrónico? Algunos estados envían y reciben ahora los votos en ausencia por correo electrónico o fax. Otros pueden exigirle que devuelva su tarjeta de votación por correo. Consulte con su oficina electoral local para ver qué opciones le ofrece su estado. ¿Dónde encuentro información sobre los requisitos de votación de mi estado? Para consultar la información sobre el voto en su estado, visite la Guía de Asistencia al Votante. El sistema le llevará a una página de asistencia electoral específica para su estado. ¿Cómo puedo enviar mi tarjeta de votación? Si su estado no acepta las tarjetas de votación por correo electrónico o fax Puede enviarlo por servicio postal extranjero, un servicio de mensajería comercial o por valija diplomática. Si envía su voto por un servicio postal o de mensajería comercial extranjero, deberá pagar los gastos de envío. Para enviar su voto a través de la valija diplomática, pase por la Embajada de EU para depositarlo. Embajadas habilitan un buzón para depositar la tarjeta de votación ubicado en la entrada principal. El tiempo total de tránsito entre la Embajada y su distrito electoral local puede tardar hasta 20 días. ¿Puedo votar en la embajada de Estados Unidos? No. Dado que las elecciones estadounidenses se celebran a nivel estatal. Las embajadas y consulados no sirven como centros de votación. Debe comunicarse con su estado para registrarse, solicitar una tarjeta electoral y sufragar. La Embajada estadounidense puede ayudarle a enviar su voto por correo. ¿Qué ocurre si mi voto en ausencia no llega a tiempo? Si no recibe una tarjeta de votante ausente a tiempo para devolverla, puede utilizar la Tarjeta de Votante Ausente Federal. Si su tarjeta oficial de voto en ausencia llega después, aún puede diligenciar y enviar la tarjeta oficial. Su estado contará solo uno de sus envíos. Recomendaciones Para todas sus preguntas sobre las votaciones en el extranjero y para diligenciar los formularios necesarios para solicitar su voto en ausencia, visite FVAP.gov.
Unas elecciones muy caras | El Heraldo de México
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